¿Dejar de invertir en ciencia? ¡Ni de fundas!
En Estados Unidos, el presidente Donald Trump fue electo para gobernar el país en el periodo comprendido entre el 2017 al 2021. Desde que era un candidato a la presidencia hasta que la consiguió, se caracterizó por estar en contra de los aportes científicos que realizaban múltiples investigadores del mundo.
El tema más polémico por el que fue reconocido como el opositor de la ciencia fue el cambio climático: el expresidente aseguraba que este fenómeno no existía y que se trataba más bien de un invento del gobierno chino para afectar la economía y desarrollo estadounidense. Por esto dijo que en cuanto llegara a la presidencia retiraría a su país del Acuerdo de París. La promesa la cumplió semanas después de ser electo.
También solicitó reducir el presupuesto para la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y cuestionó su existencia, a pesar de su importancia internacional. Ante este tipo de declaraciones el mundo se paralizó, nadie podía creer que alguien con tanta influencia, en pleno siglo XXI, tuviera esa creencia. Los científicos expertos en múltiples áreas quedaron sorprendidos ante la ignorancia del empresario frente a ese tema tan trascendental.
Los medios de comunicación del mundo se enfocaron en esta situación y los medios colombianos no fueron la excepción. Así dieron a conocer lo grave que podía ser para la comunidad global que una potencia mundial se retirara de los acuerdos ambientales que procuran combatir el cambio climático, a través de accionar e investigaciones específicas. Todo un panorama desalentador se veía venir para la ciencia estadounidense, desde el 2017.
Sin embargo, de forma alterna en el territorio colombiano ocurría algo similar, pues desde el 2014 hasta la actualidad se redujeron por parte del Gobierno Nacional los recursos que se invertían en COLCIENCIAS, reconocida como el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación del país.
No causó el mismo revuelo en los medios, pero no deja de ser igual de importante; es decir, alguien se ha puesto a pensar ¿qué pasa si dejamos de invertir en una de las entidades nacionales que realiza investigaciones científicas, en el que actualmente es el tercer país con mayor biodiversidad del mundo? ¿Qué será de nuestro territorio si, así como el componente ambiental, dejamos a un lado las líneas de investigación antropológicas, tecnológicas, económicas y aquellas a fin con las ciencias básicas? ¿Será que el hecho de que esta institución no logre cumplir el objetivo para el cual fue creada ocasiona que Colombia incumpla algún acuerdo internacional? De ser así, ¿el país tendría cómo solucionar las problemáticas internacionales a las que puede verse involucrado?
Por todos estos vacíos, es fundamental para el territorio nacional conocer lo que tenemos para saber cómo cuidarlo y de qué forma podemos sacarle provecho para nuestro bienestar y progreso, sin necesidad de exprimirlo y deteriorarlo. De eso se trata la investigación y la innovación.
Si no actuamos en estos campos, no tendremos idea de cómo mejorar, ni cómo recuperar lo que ya se ha perdido. Por tal motivo, hay que exigirle a los gobernantes el cuidado de estas entidades estratégicas, pues no solo pueden llegar a ser una alternativa que potencialice nuestros recursos, sino que además son el medio a través del cual se permite a miles de profesionales en formación desarrollar una visión crítica de su entorno: les demuestra, a través de la guía de quienes somos sus educadores, que pueden llegar hacer grandes cambios para beneficio de la sociedad y los motiva a salir a comerse el mundo buscando siempre nuevas oportunidades de mejora.
Y es que no podemos darnos el lujo de simplemente dejar de invertir en quien conforma los pilares básicos que hoy nos construyen como sociedad. Ciertamente, la ciencia resulta ser más importante que pretender invertir recursos en la creación de un circuito de Fórmula 1 en el país. COLCIENCIAS tiene el potencial de cambiar vidas, pues crea conciencia en los futuros investigadores del país.